Vivir en Armonia

Nos dejamos llevar mucho por todo lo externo, llegando a un momento que se estalla

por estrés, ansiedad, nervios, agotamiento, incluso bruscos cambios de humor.La gran pregunta que se genera muchísima gente es:

“¿Cómo se puede vivir en armonía?”

Viviendo en el presente, es el único momento verdadero.

Una persona que vive en total armonía, sabe por ejemplo, que enfadarse es pérdida de 

tiempo y energía. Después hay que intentar por arreglar esa relación.
Una herramienta muy beneficiosa y de forma muy sutil ante una situación tensa, consiste en respirar 

profundamente, poniendo atención en tú actitud y responder sin apresurarte. De este 

modo, fortaleces y mejoras tus relaciones con los demás, y creas confianza.

Lo externo es reflejo de lo interno, armoniza tú interior y cambiará tú mundo externo. Si vives estresado, agobiado y has perdido tú centro. Intenta realizar ejercicios de relajación. Siéntate contigo mismo, eres tú mejor compañía. Habla contigo mismo, realiza tú diálogo interno para ser consciente de lo que te ocurre. Acepta lo que viene a ti, aprendiendo de ello y luego déjalo marchar. 

Entender las situaciones es verdaderamente importante, ya que te da perspectiva, 

pero también es más importante aplicar lo que entiendes, porque te dará experiencia. 

No luches contra las situaciones, solo fluye y aprende. Cuanta más resistencia pongas 

al proceso o situación, la vida te pondrá a prueba una y otra vez.

Otra cosa muy evidente en la falta de armonía con nosotros mism@s, es buscar la 

aprobación externa constantemente, sea familiar, amistades, pareja…. Si no dejas de 

mendigar los aplausos externos, no podrás descubrir el infinito valor de ti mismo.

Cuídate de tus pensamientos. Cada pensamiento medra de una manera u otra. Puede 

pasar de lo mental a lo físico, sólo es cuestión de tiempo. Como si de un mandamiento

pudiera tratarse, sería algo así como: “No contaminarás tú cuerpo con; comida, 

bebidas, emociones y pensamientos tóxicos.”

Si quieres ser feliz debes de aprender a amar y apreciar incondicionalmente,

conservando al mismo tiempo tu independencia.